Que tienes una llave, y que abre la puerta de tu casa.
Que fuera llueve, y el techo te protege.
Que el grifo, al girarlo, te da el agua que necesitas.
Que puedes abrir la puerta del frigorífico, y servirte algo que comer.
Que puedes dormir protegido en tu cama.
Que no vas descalzo, y que vas vestido.
Que más o menos cerca de ti, tienes a una persona que te quiere, un amigo, alguien de tu familia, tu pareja… Y que es una persona que te escucha, alguien con quien puedes compartir tus preocupaciones y alegrías.
Ser sólo uno mismo en un mundo que hace lo posible noche y día por hacerte como todos los demás es afrontar el combate más duro que pueda afrontar un ser humano y no dejar la lucha nunca.
Me permito corregir a Cummings. En mi opinión, hay un combate aún más duro. El que consiste en luchar contra ti mismo para ser quien debes ser. El combate al que él se refiere, viene después.
Se dice, se cuenta, se comenta…