Regalo iluminado
Durante mi última visita al EBE, hace un mes y medio dos meses más o menos, las circunstancias permitieron que pudiera desvirtualizar a Nesta y a Antonio. ¡Qué demonios! Desvirtualizar no, que suena a quitar algo, en realidad nos conocimos en persona, que es añadir más a lo ya conocido.
De la amena conversación que tuvimos, en la que me di cuenta de que sabían más de mí que yo de ellos (espero que me perdonen por eso, con mi promesa de enmendar la falta), ni mi memoria ni yo recordamos muy bien por qué salió a colación el libro de “Todo está iluminado” de Jonathan Safran Foer.
De todos es sabido que el tema de los regalos no lo llevo muy bien, quiero decir, esos regalos que llamo yo “regalos porque sí”. No es mi cumpleaños, no es mi santo, no es el aniversario de nada. Es el regalo que sale de dentro, espontáneamente. Es algo que honra al que lo recibe (y es ahí donde está mi problema) y cómo no, al que lo entrega.
Hace un par de días llamaron a mi puerta para decirme que venían a entregarme un paquete. Era uno de esos sobres marrones, con acolchado interior y mi dirección en uno de los lados. En el otro, una anotación: “Lo prometido es deuda. Antonio”.
Dentro, un libro.
Resulta que los tres reyes magos son dos, y se llama Antonio. Muchas gracias 🙂
Se dice, se cuenta, se comenta…